9 mayo, 2017
Las altas temperaturas de la época estival pueden ocasionar que las plantas se sequen o resulten afectadas por plagas y enfermedades.
Los fuertes calores del verano pueden resultar para las plantas tan perjudiciales como los fríos del invierno. Por ello, para cuidarlas es preciso tener en cuenta algunas recomendaciones. Este artículo ofrece consejos para lograr un riego efectivo durante la época y otras recomendaciones para proteger a las plantas del calor, relacionadas con la exposición de los ejemplares al sol y la instalación de un acolchado natural en el suelo del jardín, además de con la lucha contra las plagas y enfermedades y la aplicación de fertilizantes.
El verano es una época dura para las plantas en regiones calurosas. Si bien es en esta estación cuando la mayoría de las especies experimentan su ciclo de floración, las altas temperaturas, la acción de los rayos del sol y los bajos niveles de humedad pueden hacer que lo pasen mal, se sequen e incluso que mueran. Seguir una serie de consejos y recomendaciones permite cuidarlas mejor y evitarles sufrimiento.
Consejos para un riego efectivo durante el verano
Uno de los factores fundamentales para que las plantas tengan un buen verano es el riego. Debe ser abundante, en particular en las regiones más secas, pero hay que tener en cuenta algunas cuestiones:
Como el calor provoca que el agua se evapore muy rápido, es importante proporcionar riegos profundos, para que el agua alcance las raíces de los ejemplares. Por ello, más allá de la técnica que se emplee, lo idóneo es echar el agua con lentitud, para suministrar una buena cantidad sin que el sustrato se encharque.
Hay que respetar los horarios para el riego: por la mañana temprano, por la tarde cuando ya se ha puesto el sol o durante la noche. Esto se recomienda a lo largo de todo el año, pero en el verano es casi imprescindible. Regar en las horas de calor representa un derroche de agua, debido a la evaporación (lo cual genera costes inútiles para el medio ambiente y la factura del agua); pero además, puede dañar a las plantas, por el «efecto lupa» que las gotas ejercen sobre los rayos del sol.
Otras recomendaciones para proteger a las plantas del calor
Además del riego, un factor fundamental para proteger a las plantas de los rigores del verano es evitar la exposición directa a los rayos solares. Estos pueden quemar y deteriorar de forma grave las hojas, flores y otras partes de las plantas, incluso de muchas que los toleran en otras épocas del año. Por eso, conviene colocarlas en sitios luminosos pero que no reciban el sol directamente o, en todo caso, cubrir los ejemplares con una tela de sombra, que sirva como filtro.
Plagas y fertilizantes durante el verano
El verano es la estación en la que las plagas y enfermedades más afectan a las plantas. Por eso, este es otro asunto que se debe tener en cuenta para cuidar los ejemplares cuando hace mucho calor. Si bien cada especie es atacada por distintos agentes, el consejo general para protegerlas es revisar con atención todas sus partes y actuar en cuanto se detecte la menor señal.
Y también en estos meses es cuando casi todas las plantas necesitan una mayor cantidad de nutrientes, debido a que están en su etapa de floración. Por eso, se deben aplicar más abonos y fertilizantes que en el resto del año. La cantidad y el tipo dependerán de cada especie, pero conviene recordarlo para que los ejemplares, además de no sufrir en exceso las sequías y altas temperaturas, también otorguen al hogar toda su belleza.
Regresar al BlogÚltimas entradas
Ver más
Ver más
Ver más
Ver más
Ver más
Ver más